3 Nefi 30

3 Ne 30: 2 Tornaos, todos vosotros gentiles, de vuestros caminos de maldad; y arrepentíos

¿Cuál es el libro más importante del Libro de Mormón? Muchos dirían que es 3 Nefi porque incluye la visita del Salvador a los Nefitas. Bueno, si fueras mormón y fueras a hacer una declaración final sobre este libro tan importante, ¿qué dirías? Mormón nos dice que nos arrepintamos, pero no son sus palabras, porque se le ordenó que escribiera las palabras contenidas en este versículo. El mensaje es que los gentiles deben arrepentirse. El contexto son los últimos días antes de la venida del Hijo del Hombre. La alternativa es la espada dolorosa de su justicia (3 Ne 29: 4).

"Y Moroni les recordó a los gentiles:

  'Y esto viene a vosotros, oh gentiles, para que conozcáis los decretos de Dios, para que os arrepintáis y no continuéis en vuestras iniquidades hasta llegar al colmo, para que no hagáis venir sobre vosotros la plenitud de la ira de Dios, como lo han hecho hasta ahora los habitantes de la tierra.' (Éter 2:11)

"Los profetas y las escrituras modernas advierten a la gente de los últimos días de peligros similares. Aunque las calamidades predichas están condicionadas al arrepentimiento, parece que, en general, los Gentiles están poco interesados ​​en el arrepentimiento. Parece que están siguiendo el camino de los habitantes anteriores, pero aún no han entrado en las etapas finales.". (Douglas Brinley, Book of Mormon Symposium Series, Helaman-3 Nephi 8, edited by PR Cheesman, MS Nyman, and CD Tate, Jr., 1988, p. 62)

Para que no nos encontremos sentados en nuestros asientos de juicio condenatorios y de justicia propia, rumiando sobre la inminente destrucción de los Gentiles, debemos recordar la advertencia de Nefi a su pueblo. La advertencia se aplica igualmente bien a nosotros, Y ahora bien, he aquí, amados hermanos míos, quisiera hablaros; porque yo, Nefi, no quisiera permitiros suponer que sois más justos de lo que serán los gentiles. Pues he aquí, a no ser que guardéis los mandamientos de Dios, todos pereceréis igualmente (2 Ne 30: 1).